miércoles, 14 de octubre de 2015

SEMINARIO 1

Describa por qué le gustaría, o no, trabajar en un futuro con ancianos.

   Aunque por prejuicios y conceptos erróneos que la propia sociedad impone, existe un rechazo y poca relevancia del valor del anciano, por supuesto que me gustaría trabajar con este colectivo, pues considero que es muy necesario saber tratar con ellos, ya que es un tipo de cuidados y necesidades totalmente distintas a las del resto de nuestros pacientes. Pienso que una buena enfermera es aquella capaz de tratar con cualquier tipo de paciente y solo trabajando con ancianos apreciaremos la importancia de saber aplicar estos cuidados específicos a un colectivo tan poco valorado pero, a la vez, tan sumamente importante.

Escriba cuáles cree que son los valores que la sociedad transmite sobre la vejez.

    La sociedad transmite una imagen de fragilidad y vulnerabilidad generalizada del anciano en sí. Nos hace ver que ya están en segundo e, incluso en tercer plano, dejando el valor de la vida de un joven muy por encima del suyo, algo totalmente erróneo. Tampoco resalta la importancia de los sentimientos que tengan, no se les atiende de igual forma si se encuentran depresivos o tristes porque se considera que ya han vivido suficiente y han tenido toda la atención que necesitaban. Nos hace sobreentender que, por la edad avanzada que tienen, ya no tienen derecho a los mismos tratos que antes, e incluso peor, nos hacen ver que ya no pueden realizar multitud de actividades por su condición física, algo que no está ni siquiera corroborado en todos ellos y se generaliza en todo esto, lo que me resulta el mayor error de todos.

Elabore apreciaciones personales sobre los valores elegidos.

  • Resalto los valores que el señor que les propone el juego les inculca al grupo, haciéndoles sentir totalmente orgullosos de la edad que tienen e invitándoles a que su edad sea meramente física, que en la mentalidad residan sus ganas de vivir y de seguir descubriendo lo que de verdad les gusta, por lo que al final ninguno ansía ser niño.
  • También resalto los valores negativos y totalmente impuestos por la sociedad del señor que rechaza jugar con el resto alegando que son ancianos, y esas cosas ya no las pueden hacer. Al final, este es el mismo que se da cuenta de que no necesita ser un niño para vivir, en el momento en que observa la vitalidad de un niño divirtiéndose.
  • También me llama la atención el típico valor que se repite una y otra vez en el colectivo de los ancianos, mediante el abandono y despreocupación de su familia, que quizás por propio egoísmo, piensan que sus familiares mayores ya no necesitan vivir con ellos y disfrutar de la vida como les apetezca, y los internan en residencias en las que no se les permite hacer todo lo que les venga en gana.



Un ejemplo de película que refleja lo que “Los límites de la realidad” nos pretende transmitir, es Ricki (2015) protagonizada por Mery Streep, donde se cuenta cómo una madre llena de vitalidad y ganas de disfrutar en la vida saca de un pozo de tristeza a su joven hija. Una de las frases que recalco de dicha película es la pronunciada por la misma protagonista “El corazón envejece pero no cambia”, donde se plasma que las ganas de seguir viviendo no se deben perder nunca, por mucho que se envejezca. 


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